domingo, 27 de junio de 2010

Línea roja: Al final de la escalera

Domingo, 20 de junio
STAIRWAY

Me gusta la literatura que se enreda con la vida, la vida que se enreda con la literatura. Últimamente he pensado mucho, no sé por qué, en un cuadro de Hopper, Escalera, un cuadro pequeño y misterioso –eso dice Mark Strand— que yo vi por primera vez en febrero del 2002 en un museo neoyorquino. Me alojaba en el hotel Roger Smith y muy cerca, en el Waldorf Astoria se alojaban no sé cuántos políticos importantes que asistían a no sé que reunión que entonces se celebraba en Nueva York, la primera después del atentado contra las Torres Gemelas. Todo el entorno del hotel estaba cortado al tráfico, las calles ocupadas por el ejército, con camiones, tiendas de campaña, sacos de tierra: un escenario que algo tenía de pesadilla. El cuadro de Hopper me pareció una invitación, una puerta abierta a otro mundo menos amenazador, a un claro del bosque que aguardaba fuera, entre la espesura.
En estos días malos me viene una y otra vez a la cabeza y yo cruzo esa puerta, al final de la escalera, y me adentro entre la espesa arboleda y busco el castaño milenario en cuyo tronco me refugiaba cuando niño.
De pronto abro el último Cuadernos Hispanoamericanos y me encuentro con que la colaboración inicial, de Enrique Vila-Matas, se titula “The Roger Smith Hotel” y en ella, mientras en la radio del cuarto suena My Little Basquiat, de Cowboy Junkies, “que es una de esas bandas que hacen daño porque escarban en el fondo de tu alma para acabar de hundirte en el crepúsculo”, contempla el cuadro que tiene frente a la cama, una reproducción de Starway, de Edward Hopper.
A él esa imagen, de acuerdo con la interpretación de Mark Strand (“la puerta abierta no es un cándido pasaje entre el interior y el exterior, sino una invitación paradójicamente preparada para que nos quedemos donde estamos”), le impide salir de la habitación; a mí me señala el camino, al final de la escalera, hasta el árbol mágico y maternal que me protegía del mundo cuando niño.



Lunes, 21 de junio
PEDAGOGÍAS

Hay que enseñar al que sabe para que sepa más. Pero con el que no sabe no hay que perder el tiempo, porque no aprenderá nunca nada.

No discutas jamás de algo que sepas bien con quien sepa menos que tú. Te vencerá siempre. La prudencia de la sabiduría nada puede contra la testarudez de la ignorancia.

Más allá de los dos años, nadie aprende nada que valga la pena.

Aprende a fingir que eres feliz y acabarás siéndolo.

Mejor que estar vivo, fingir que se está vivo.

No te conformes con nada, salvo si no tienes más remedio que conformarte.


Martes, 22 de junio
MANO NEGRA

“Un libro publicado por la Fundación Alberti fue manipulado, según el autor”, dice el titular del periódico. Se trata de Los espacios habitados de Rafael Alberti, en su origen tesis doctoral del arquitecto Joan Carles Fogo. Del libro han desaparecido, sin su autorización, los nombres de Luis García Montero, Teresa Sánchez Alberti, Benjamín Prado, José Monleón, Almudena Grandes, etc. De las citas de García Montero se eliminan también las comillas, convirtiendo así al autor en plagiario sin saberlo.
Son los mismos nombres que desaparecieron de la última edición de La arboleda perdida publicada en vida del poeta. Gimferrer defiende esas supresiones: “No es el único caso, también Neruda eliminó en algún poema el nombre de Nicolás Guillén. Todo en las memorias de Alberti es obra suya, no consta que nada fuera dictado. La edición de Robert Marrast disipa las leyendas urbanas –cuando no leyendas negras— que a partir de cierto momento han envuelto la aparición y difusión de la obra”.
Pero Mario Muchnik, editor de La arboleda perdida en vida de Alberti (vida ya entonces meramente vegetativa), advirtió que en las últimas pruebas aparecían manuscritas recomendaciones, tachones y otras correcciones con una letra que no era la del poeta. Y ahora esa misma mano negra sigue con sus aficiones censorias. Será divertido ver lo que se le ocurre a Gimferrer para defenderla. Quizá que es el propio Alberti quien sale de su tumba para eliminar el nombre de cualquier familiar y amigo que no le sea grato a quien se ha convertido en legítima propietaria, no solo de su obra, sino también de su memoria.
María Asunción Mateo, según el periódico, respondió a las acusaciones con estas palabras: “Quien tenga algo que decir de mí que me denuncie. No tengo que aguantar lo que se le ocurra a cualquier cretino. El libro original era un desastre de mil páginas, y su autor es ruin y mentiroso”.



Miércoles, 23 de junio
LETRA Y MÚSICA

En no sé qué emisora de radio, a altas horas de la noche, cantan flamenco. Apago la radio, olvido la música, pero la letra no se me va de la cabeza.

Por otro la vi llorar / y yo que tanto la quiero / la tuve que consolar.

Ninguno hable mal del día / hasta que la noche llegue. / Yo he visto mañanas tristes / con las tardes muy alegres.

Qué pájaro será aquel / que canta en la verde oliva. / Anda y dile que se calle, / que su canto me lastima.

Yo soy como el árbol solo / que estaba al pie del camino / dándole sombra a los lobos.

Es tu querer como el viento / y el mío como la piedra / que no tiene movimiento.

Escucho cómo me llamas / allá a lo lejos, perdida, / y estás conmigo en la cama.

No me digas que te diga / lo que yo siento por ti, / porque hay cosas que se sienten / y no se pueden decir.

Si tú quieres que me muera, / yo me moriré por ti. / Pero si quieres que no te quiera, / has de matarme tú a mí.


Jueves, 24 de junio
LA FUNDACIÓN SIGUE

Comenta Benjamín Prado los treinta años que ha tardado en publicarse el último libro de Blas de Otero: “El libro estaba en las mejores manos, las de su auténtica viuda, Sabina de la Cruz, pero otras personas se las habían atado y se ha tardado once años en deshacer el nudo. ¿Cómo es posible que los herederos legales de un creador tengan el poder de prohibir que su producción se difunda?”.
Yo curándome en salud ya he declarado muchas veces que toda mi obra está libre de derechos, es de dominio público. Podrá no interesar (como ocurre con la de la mayoría de los escritores, todo hay que decirlo), pero siempre estará a disposición de los lectores interesados, nunca a merced de la legalizada arbitrariedad.


“Estuve ayer cenando con Susana Rivera –me escribe un amigo, respondiendo sin saberlo a mis preocupaciones de estos días—, que quiere seguir adelante con la Fundación Ángel González. Tiene la idea de hacerlo contando con gente de ahí, de Asturias, abriéndola en el futuro a que vuelvan quienes marcharon. Quiere poner en marcha algo que sirva para mantener presente el nombre del poeta y organizar actividades que lleven allá a gente de fuera, no solo a los habituales, abrirse a otras lenguas y a otras culturas. Tiene las ideas bastante claras y le gustaría contar contigo, pero no sabe si estarás por la labor, ya que vio lo que escribiste en el diario y lo que piensas de las viudas. Pero ten en cuenta que no todas son iguales”.


Viernes, 25 de junio
VIEJOS AMIGOS

Comienzo a leer el último libro (por el momento) de Luis Antonio de Villena, Nuevas semblanzas y generaciones, y me dejo llevar por la gracia oral de su estilo. Tenemos en común bastantes devociones, y yo le admiré mucho allá por los años setenta y primeros ochenta. ¿Por qué luego (no es la primera vez que me ocurre) los elogios con algún pequeño alfilerazo se cambiaron por estocadas con alguna pequeña alabanza? Creo que hubo varias razones. El cuidadoso estilista de los comienzos se fue convirtiendo en un grafómano cada vez más chapucero (aunque nunca le han faltado momentos brillantes) y cada vez más propenso al razonamiento algodonoso y fofo que caracteriza a ciertos poetas. Un ejemplo. En la semblanza de José María Álvarez escribe: “La igualazón democrática se ha hecho por abajo –muy por abajo— y siempre en detrimento de la excelencia. Por eso las humanidades caen y el público es cada día más ignorante. Se nos ha dicho: Todos tenéis derecho a lo peor. Y así se nos nivela. Pero ¿qué hacer cuándo lógicamente se esperaba lo mejor, lo más alto? José María fue uno de los primeros en percibir esa jugada torpe y no ha cesado de lamentarla”.
Hombre, la igualdad democrática puede garantizar a todos los españoles la educación gratuita hasta los dieciséis años, pero no impide a nadie llegar al grado de excelencia de que sea capaz. Lo que no puede hacer es igualarnos a todos como doctores en Harvard o lectores en el original griego de la Antología palatina.
Hay otra razón que me separa de Luis Antonio de Villena: su secreta homofobia, camuflada de todo lo contrario. No hay escritor que, si es homosexual, no salga ridiculizado y empequeñecido de una semblanza suya. El caso más patético es el de Aleixandre, al que hunde un poco más cada vez que habla de él, rescatando supuestas confidencias que dan vergüenza ajena: “¿No te lo tragas?, me dijo Federico. ¿No?, pues no sabes lo que te pierdes, porque sabe a rosas…”
En estos casos siempre cito la misma frase: “Como todos los enemigos mortales, comenzamos siendo los mejores amigos”. Pero no, ni somos enemigos mortales ni fuimos nunca los mejores amigos. A Villena le recuerdo como un divertido interlocutor que podía ganarse la vida con sus imitaciones de escritores famosos. Lástima que le haya dado por escribir las anécdotas que antes se limitada a narrar y mimar con gracia.


Sábado, 26 de junio
NO VAYA A SER

Si te sientes completa y absolutamente feliz, y no tienes ninguna pena, ningún dolor, ningún deseo, ninguna necesidad, asústate un poquito: no vaya a ser que estés muerto y no lo sepas.

4 comentarios:

  1. Es un placer pasar por aquí y encontrar tantas sorpresas agradables, como esas letras de flamenco, tan llenas de arte. También ese cuadro de Hopper que no me canso de mirar. Como siempre, gracias.

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  2. pedagogía de... Machado de Assis:
    Hay cosas que se dicen mejor callando.
    Pero era joven, tenia la medicina en mi mismo.


    Pedagogía de...Julián Barnes (esto seguro que le gusta a J.L.García Martín)

    -¿Qué a dicho del matrimonio hace un momento?
    -¿Eh? Ah que es la única aventura accesible a los cobardes.

    Todo por la patria, no,no, no era esto. Todo por un renglonín de gloria en los diarios de Martín.

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  3. En la entrada de 25 de junio ("Viejos amigos"), induces a confundir -creo que por prejuicios ideológicos- "educación" con "escolarización". Tú, que procedes de un medio familiar obrero y emigrante, en un sistema "educativo" público como el que padece hoy la sociedad española, probablemente no hubieras podido convertirte en el catedrático, maestro y escritor eminente que eres hoy. Cordialmente... seguiré leyéndote siempre que pueda (hasta que me harte).

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  4. jose luis garcia martin15 de julio de 2010, 16:26

    Estimado Antonio González,
    en un sistema educativo como el que "padece" hoy la sociedad española yo hablaría idiomas, habría estudiado en el extranjero (programa "erasmus"), tendría una formación mejor que la que tengo, como la tienen los jóvenes de veinte años mejor que la que tenía yo a los veinte años (siempre que le dediquen el mismo esfuerzo, claro).
    Cordialmente espero que tardes todavía un poco en hartarte de leeerme.

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